A quince años de su desaparecimiento, ¿qué significa el nombre de Alfonso Alcalde en la literatura chilena?
“A mí, me parece lo más grande. Yo lo pongo altiro a la altura de Manuel Rojas y Francisco Coloane, por su vida, por sus temas y por su libertad. Por su forma de ser y aparecer en la literatura chilena, pienso que el que la lleva “más baja”, evidentemente, es Alcalde. Pero, creo que con el tiempo, Alfonso se va a ir superando, hasta estar a la altura de esos dos tremendos, y los tomecinos tenemos que colaborar a eso, en alguna medida. Además, su literatura tiene que ver con nosotros”.
¿No ha habido en este lapso, un redescubrimiento de su aporte literario?
“Yo opino que no ha existido eso, y es un tema pendiente. Pero apuesto al futuro, que eso tiene que venir; tiene que revalorarse su obra, sus cuentos, sus poesías. “Variaciones sobre el tema del amor y de la muerte”, es uno de los poemas capitales de la lírica chilena, y eso, no ha sido valorado lo suficiente. Sus cuentos me parecen lo más chileno, lo más popular, esa gracia nuestra, esa picardía, el hacer todo sin hacer nada. Me parece lo más chileno que hay. Yo estimo que eso va a revalorarse, y se me ocurre, que el futuro es de Alcalde”.
A mí, me produce cierta inquietud que sus libros no se encuentren en el lugar donde deberían estar, la Biblioteca del Instituto de Lenguas, sino en las estanterías de la Biblioteca Central. Cuatro libros perdidos en casi trescientos mil volúmenes.
“Es una barbaridad. Todos los libros de Alfonso Alcalde, tendrían que estar en Lenguas, y los cuatro que no están allí, deberían estar en las Bibliotecas Municipales de Tomé. Yo trabajo en un Colegio Medio, y allí tenemos los Cuentos de Alfonso Alcalde, y otros libritos suyos. Entre ellos, cuatro, que son los últimos. Pero la Municipalidad de Tomé, debería tener todos los libros de Alfonso Alcalde en sus bibliotecas”.
Se califica Alfonso de escritor “maldito” ¿”maldito”, por qué? ¿Tú consideras que lo haya sido, verdaderamente?
“Yo creo que Alfonso Alcalde, es un escritor “bendito”. Sus personajes, su literatura en general, es como positiva. Los personajes de Alcalde, son tipos que están en la miseria, que no tienen nada, pero, desde ahí, operan con un montón de valores; son tipos alegres y positivos. Al revés del sujeto Alcalde, que producía estos relatos. De “maldito”, tal vez, tenga algo por lo franco, porque eligió un camino que quizás no es el más fácil, pero, su literatura es muy chilena, y no tiene nada de maldita”.
¿Qué significa Alcalde para un poeta de tu generación?
“A nivel personal, considero que hay muchos escritores que tienen una tremenda valoración de la obra de Alfonso Alcalde. Con ese trato tan difícil que él tenía, las conversaciones que mantuvimos, siempre son cosas que van a recordarse, porque tú tienes conciencia, cuando estás frente a un tipo que es excepcional, que es lo insólito, que es lo inhabitual, y que, hasta en sus peores momentos, es un sujeto grande, tremendo y distinto”.
Si una calle lleva el nombre de Poeta Alfonso Mora, otra de Elías Zaror, y otra de Alejandro Reyes, ¿no estaría faltando en Tomé la calle Alfonso Alcalde?
“Que una calle llevara el nombre de Alfonso Alcalde, me parecería lo mejor. Exigiría, humildemente, que en esa calle hubiera unos cuantos bares –o uno, al menos–, para juntarse allí con algunos amigos, y poder libar algunos mostos en su homenaje”.
Entrevista a Egor Mardones por Sergio Ramón Fuentealba, en “Alfonso Alcalde, vida en claroscuro”, FEZ Editores, 2007. Tomé, Chile.